Casas Inteligentes

La domótica nos permite controlar una serie de sistemas y tecnologías para realizar un uso más racional de la climatización, la electricidad, el agua… e incluso los sistemas de seguridad. Con la regulación y el control de los sistemas de calefacción y aire acondicionado, conmutando y regulando la iluminación y controlando los sistemas de alarma, puertas y ventanas, etc.. conseguimos adaptar la vivienda a nuestras necesidades de bienestar y al mismo tiempo, conseguimos un importante ahorro en la factura energética.

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Seguridad

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Bienestar

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Confort

¿Cómo funciona una casa domótica?

Como ya hemos comentado, la domótica es la integración de una serie de tecnologías o sistemas que nos permiten automatizar la vivienda con el fin de conseguir el máxima eficiencia energética, un óptimo confort y optimizar el uso de la energía que necesitamos. Para conocer cómo funciona una casa domótica es importante conocer de qué sistemas o tecnologías disponemos en el mercado. Dentro de estos sistemas cabe destacar:


Sistemas de iluminación eficientes:

existen en la actualidad sistemas de iluminación inteligentes que adaptan el nivel de iluminación (tanto interior como exterior) en función de la variación de la luz solar, la zona de la casa o la presencia de personas, ajustándola a las necesidades de cada momento, permite evitar el dejarse luces encendidas al salir de casa.


Control automático inteligente de toldos, persianas y cortinas de la vivienda:

permite que se aproveche al máximo la luz solar.


Sistemas de regulación y control de los sistemas de climatización:

adaptan la temperatura de la vivienda en función de la variación de la temperatura exterior, la hora del día, la zona de la casa o la presencia de personas.


Control o secuenciado de la puesta en marcha de electrodomésticos:

programando su funcionamiento en horarios en los que el precio de la energía es menor.


Detección de la apertura y cierre de ventanas:

avisan al usuario de si hay ventanas abiertas cuando está activada la climatización.


Detección y aviso en caso de averías

como, por ejemplo, una fuga de gas o agua, provocando un corte del suministro que evite los peligros que pudieran ocasionarse y el sobrecoste extra que además supone.


Control inteligente de riego:

a través de un sensor de humedad o de lluvia, detecta la humedad del suelo y de forma autónoma riega sólo cuando es necesario.


Grifos inteligentes:

gestionan el caudal y la temperatura del agua.


Como ejemplo, podemos estimar que, la instalación de un sistema domótico en una vivienda que permita gestionar de forma inteligente la iluminación y la temperatura de una habitación de 20 m2 genera un ahorro energético de en torno al 25%.


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